No, este artículo no versa del rescate
“in extremis” del Banco Popular, aunque de haberlo hecho analizaría la
actuación quirúrgica del BCE y el Mecanismo de Resolución Bancario que se
estrenan en esta circunstancia y en la
que España ha hecho de nación de prueba del
nuevo marco regulatorio europeo de
intervención de bancos con problemas. (España/Madrid se merecen directamente recibir a la sede de la EBA por
esto. Espero que el Ministerio de Economía esté vendiendo la piel del oso
adecuadamente entre quienes en las instituciones bancarias europeas se han
salvado de otro marrón peor que el italiano).
Catalizar es causar o provocar un
proceso o una reacción de cualquier tipo. Para provocar una reacción lo
habitual en los laboratorios de química es disponer de reactivos y
catalizadores. En la integración financiera Europea los reactivos son los
mercados segmentados de los países de la Unión y no cabe duda que los
catalizadores son los proyectos legislativos europeos de la Unión Bancaria y
la Unión del Mercado de Capitales. La
aceleración de la reacción por los catalizadores se mejora con las estrechas sinergias “químicas” entre ellos.
Recientemente la Comisión Europea
y el BCE han presentado sendos informes sobre el proceso de estabilidad financiera
de la UE (ver el Resumen de Actividad Institucional dela Unión Bancaria y Mercados del mes de Mayo 2017 del Observatorio aquí),
han actualizado el estado de progreso de ambos proyectos con su acción catalizadora
en la Integración Financiera Europea y se ha realizado un inteligente examen
(Victor Constancio Vicepresidente del BCE) de las sinergias positivas entre
ambos proyectos para la UE, en un momento tan desafiante y de oportunidad como el de la salida de la industria
financiera del Reino Unido de la UE.
Bancos y mercados de capitales se apoyan y se
complementan mutuamente ampliando las fuentes de posible financiación a la
economía: emisiones de bonos en los que los bancos prestan una serie de
servicios de asesoramiento y administración para el emisor; titulizaciones
donde los bancos se centran en el análisis de crédito y los mercados se centran
en la financiación; el capital exigido a los bancos para el que los mercados de
capitales agilizan el acceso a su financiación reduciendo el costo de los
fondos propios y permiten reunir capital adicional para ampliar el alcance de
sus préstamos.
Los bancos solventes y fuertes
que la Unión Bancaria está fomentando, pueden actuar con amplios recursos como inversores activos y creadores de mercado
en los mercados de capitales de la Unión, fomentando su liquidez y estabilidad
en tiempos normales y de crisis, reduciendo sus riesgos inherentes para los
inversores. Igualmente los bancos de la Unión Bancaria
gracias a su convergencia regulatoria y supervisora podrán extender su
presencia y prestación de servicios bancarios más allá de las fronteras de sus países de
origen fomentando las operaciones de estos en los mercados de capitales de
forma transfronteriza, aumentando sus inversiones y tenencia de activos
financieros de países de toda la UE con la consiguiente mayor integración de
mercados.
La Unión de los Mercados de
capitales, por su lado, gracias también a la convergencia regulatoria y
supervisora que está introduciendo en la UE, ayudará a los bancos a explotar
mejor sus economías de escala en la prestación transfronteriza de muchos de sus
servicios de inversión a una base más amplia de clientes sin necesidad de tener
que desarrollar nuevos y específicos conocimientos y capacidades operativas en
los diferentes países de la UE. Esto ayudará a que los bancos construyan de
forma más eficiente sus carteras de activos de deuda de países de la Unión (y deuda
Europea en un futuro), actúen dinamizando y estabilizando los mercados de estos
activos y por ende fomentando la ruptura del nexo de riesgo entre los bancos y
los tesoros soberanos de sus países, objetivo este esencial de la Unión
bancaria.
Ambos proyectos legislativos
están en marcha y con éxito pero todavía incompletos, y necesitan la reforma y
el desarrollo de varios aspectos normativos y de supervisión importantes: completar el respaldo al Fondo Europeo de Resolución
Bancaria; completar la formación del Fondo Europeo de Garantía de Depósitos; la
revisión de la regulación de exigencias de capital a los Bancos; la
finalización y revisión de piezas de regulación de los mercados como (Titulizaciones,
EMIR, PRIIPs, MiFID II, CSDD); asegurar un modelo de supervisión unificado de
los mercados de capitales; revisar el perímetro de las exigencias de capital a entidades no bancarias con actividades
similares a los bancos.
Y no hablando del rescate in
extremis del Banco Popular, se puede decir que
ayer hemos asistido al ejemplo más práctico y exitoso en España hasta
ahora de la catalización de la integración financiera en Europa mediante la Unión Bancaria y la Unión de Mercados: Un banco, que el Mecanismo Europeo de
Supervisión Bancaria determina de forma temprana que sus problemas de liquidez
lo hacen inviable para la estabilidad del sistema financiero español y europeo,
lo comunica al Mecanismo Europeo de Resolución (y rescate) de Bancos y este sin
necesidad de acudir a fondos de los contribuyentes y para proteger la
estabilidad del sistema, a los
depositantes y a los clientes pone en marcha los mecanismos regulados y
articula una solución mediante otro banco de solvencia contrastada por el Banco
Central Europeo, que se hace cargo de las obligaciones del rescatado acudiendo
a la emisión de nuevas acciones en el mercado
único de capitales europeo (y al global)
mediante el cual se financiarán los recursos necesarios para la ejecución de un
nuevo plan de negocio y viabilidad. Y todo en horas, increible para la burocracia europea.