jueves, 8 de junio de 2017

Catalizar la integración financiera de la Unión Europea

No, este artículo no versa del rescate “in extremis” del Banco Popular, aunque de haberlo hecho analizaría la actuación quirúrgica del BCE y el Mecanismo de Resolución Bancario que se estrenan en esta circunstancia y  en la que España ha hecho de  nación de prueba del nuevo marco  regulatorio europeo de intervención de bancos con problemas. (España/Madrid se merecen  directamente recibir a la sede de la EBA por esto. Espero que el Ministerio de Economía esté vendiendo la piel del oso adecuadamente entre quienes en las instituciones bancarias europeas se han salvado de otro marrón peor que el italiano).

Catalizar es causar o provocar un proceso o una reacción de cualquier tipo. Para provocar una reacción lo habitual en los laboratorios de química es disponer de reactivos y catalizadores. En la integración financiera Europea los reactivos son los mercados segmentados de los países de la Unión y no cabe duda que los catalizadores son los proyectos legislativos europeos de la Unión Bancaria y la Unión del Mercado de Capitales.  La aceleración de la reacción por los catalizadores se mejora con las  estrechas sinergias “químicas” entre ellos.      

Recientemente la Comisión Europea y el BCE han presentado sendos informes sobre el proceso de estabilidad financiera de la UE (ver el Resumen de Actividad Institucional dela Unión Bancaria y Mercados del mes de Mayo 2017 del Observatorio aquí), han actualizado el estado de progreso de ambos proyectos con su acción catalizadora en la Integración Financiera Europea y se ha realizado un inteligente examen (Victor Constancio Vicepresidente del BCE) de las sinergias positivas entre ambos proyectos para la UE, en un momento tan desafiante y de oportunidad  como el de la salida de la industria financiera del  Reino Unido de la UE.

Bancos y  mercados de capitales se apoyan y se complementan mutuamente ampliando las fuentes de posible financiación a la economía: emisiones de bonos en los que los bancos prestan una serie de servicios de asesoramiento y administración para el emisor; titulizaciones donde los bancos se centran en el análisis de crédito y los mercados se centran en la financiación; el capital exigido a los bancos para el que los mercados de capitales agilizan el acceso a su financiación reduciendo el costo de los fondos propios y permiten reunir capital adicional para ampliar el alcance de sus préstamos.

Los bancos solventes y fuertes que la Unión Bancaria está fomentando, pueden actuar con amplios recursos  como inversores activos y creadores de mercado en los mercados de capitales de la Unión, fomentando su liquidez y estabilidad en tiempos normales y de crisis, reduciendo sus riesgos inherentes para los inversores.   Igualmente los bancos de la Unión Bancaria gracias a su convergencia regulatoria y supervisora podrán extender su presencia y prestación de servicios bancarios  más allá de las fronteras de sus países de origen fomentando las operaciones de estos en los mercados de capitales de forma transfronteriza, aumentando sus inversiones y tenencia de activos financieros de países de toda la UE con la consiguiente mayor integración de mercados.

La Unión de los Mercados de capitales, por su lado, gracias también a la convergencia regulatoria y supervisora que está introduciendo en la UE, ayudará a los bancos a explotar mejor sus economías de escala en la prestación transfronteriza de muchos de sus servicios de inversión a una base más amplia de clientes sin necesidad de tener que desarrollar nuevos y específicos conocimientos y capacidades operativas en los diferentes países de la UE. Esto ayudará a que los bancos construyan de forma más eficiente sus carteras de activos de deuda de países de la Unión (y deuda Europea en un futuro), actúen dinamizando y estabilizando los mercados de estos activos y por ende fomentando la ruptura del nexo de riesgo entre los bancos y los tesoros soberanos de sus países, objetivo este esencial de la Unión bancaria.

Ambos proyectos legislativos están en marcha y con éxito pero todavía incompletos, y necesitan la reforma y el desarrollo de varios aspectos normativos y de supervisión importantes:  completar el respaldo al Fondo Europeo de Resolución Bancaria; completar la formación del Fondo Europeo de Garantía de Depósitos; la revisión de la regulación de exigencias de capital a los Bancos; la finalización y revisión de piezas de regulación de los mercados como (Titulizaciones, EMIR, PRIIPs, MiFID II, CSDD); asegurar un modelo de supervisión unificado de los mercados de capitales; revisar el perímetro de las exigencias de capital a  entidades no bancarias con actividades similares a los bancos.


Y no hablando del rescate in extremis del Banco Popular, se puede  decir que  ayer hemos asistido al ejemplo más práctico y exitoso en España hasta ahora de la catalización de la integración financiera en Europa mediante  la Unión Bancaria y la Unión de Mercados:  Un banco, que el Mecanismo Europeo de Supervisión Bancaria determina de forma temprana que sus problemas de liquidez lo hacen inviable para la estabilidad del sistema financiero español y europeo, lo comunica al Mecanismo Europeo de Resolución (y rescate) de Bancos y este sin necesidad de acudir a fondos de los contribuyentes y para proteger la estabilidad del sistema,  a los depositantes y a los clientes pone en marcha los mecanismos regulados y articula una solución mediante otro banco de solvencia contrastada por el Banco Central Europeo, que se hace cargo de las obligaciones del rescatado acudiendo a la emisión de nuevas acciones en  el mercado único de capitales europeo (y al  global) mediante el cual se financiarán los recursos necesarios para la ejecución de un nuevo plan de negocio y viabilidad.   Y todo en horas, increible para la burocracia europea.