Existe una clara expectativa a
nivel global sobre la aplicación completa, oportuna y consistente de los
estándares de Basilea III. Esto incluye la fecha de implementación del 1 de
enero de 2022 para el marco de riesgo de
mercado, como se reafirmó el mes pasado por los ministros de finanzas del G20 y
los gobernadores de los Bancos Centrales.
De este modo el Comité de
Supervisión Bancaria de Basilea, BCBS, se centrará en los próximos meses en
alcanzar este objetivo y tiene una tarea
muy relevante en lo referente al marco de riesgos de mercado conocido como “Fundamental Review of the Trading Book”, FRTB.
Este marco revisado de riesgo de
mercado representará una mejora importante de la reglamentación previa a la
crisis, abordando muchas de las líneas de problemas expuestos por el sistema
financiero global durante la crisis. Los elementos principales del nuevo marco
se han concluido en 2016 y están en un estado estable. Ahora el Comité BCBS se ha
planteado como objetivo prioritario concluir las cuestiones pendientes del FRTB este año.
Pero cabe preguntarse ¿por qué
tarda tanto en concluirse estas cuestiones del FRTB?,
A este respecto los responsables
del BCBS ofrecen tres reflexiones:
En primer lugar, el riesgo de
mercado fue una importante fuente de pérdidas para los bancos durante la
crisis, y los episodios de estrés relacionado con el riesgo del mercado a
menudo pueden igualmente afectar a los riesgos crédito y a los de riesgos de
liquidez, y viceversa. También muchas de las actividades capturadas en los libros de Trading de los bancos, ayudan al
desarrollo la economía real, por lo tanto, es importante la prudencia en la finalización del nuevo marco
regulatorio para el riesgo de mercado para garantizar la seguridad y solidez de
la banca y de la economía en su conjunto.
En segundo lugar, aunque el
riesgo de mercado es significativo, para los bancos con carteras grandes y complejas, en conjunto, el riesgo
de mercado representa la parte más pequeña, (menos del 5% y 2,5% del capital mínimo
total exigido) de los requisitos totales
de capital en todas las principales categorías de riesgo, y se puede decir que
las revisiones al marco de riesgo de mercado pueden, a veces, haber sufrido una
búsqueda innecesaria e ilusoria de lo "perfecto" en cuanto a la sensibilidad
al riesgo, resultando en un consumo de tiempo desproporcionado para el Comité BCBS, como para los bancos y otras
partes interesadas.
En tercer lugar hay que poner en
correcta perspectiva, la importancia de lo “perfecto” frente a tener un marco
que pueda ser implementado por los bancos y supervisado por las autoridades de
una forma realista. Al posponer la fecha de aplicación del FRTB, los miembros del
Comité se reafirmaron en que esperan que la aplicación del marco sea plena,
oportuna y coherente.
Con estos argumentos, la
prioridad en el trabajo deberá ser llegar a un marco definitivo donde se
presente un adecuado balance entre simplicidad para una implementación realista,
comparabilidad para una adecuada supervisión y sensibilidad al riesgo que haga que el marco
sea eficiente para sus objetivos prudenciales.
Está en el interés de toda
industria bancaria asegurarse de que finalmente el marco de riesgos de mercado sea
robusto en todas las situaciones del ciclo económico, además, de que pueda ser
claramente entendido por los supervisores, las entidades y los participantes del mercado.
Las consecuencias de una
complejidad indebida pueden afectar directamente a la gestión de riesgos
interna de las entidades:
Los consejos
de administración y la alta dirección pueden encontrar difícil entender completamente el perfil de riesgo
subyacente de sus entidades, aunque el público tenga una expectativa legítima
de que tienen la capacidad de hacerlo, y están legalmente obligados a ello.
Esta circunstancia puede por lo tanto deteriorar la capacidad de un banco para
asegurar que tenga el capital adecuado para sus riesgos.
El uso de
modelos altamente complejos puede resultar en una eficacia y prudencia inadecuadas
en la toma de decisiones. Los marcos más complejos aumentan el "riesgo del
gurú", por el que los gestores y supervisores de riesgos delegan de forma
efectiva sus responsabilidades a un número muy limitado de personas de alta
especialización.
El
cumplimiento con un marco de capital indebidamente complejo absorbe una gran
cantidad de recursos de las entidades, que si bien esto puede ser manejable
para instituciones más grandes, coloca una mayor carga en otros bancos más
reducidos.