El Banco Central Europeo ha marcado las pautas de su actividad supervisora en el inicio del nuevo año, y lo ha hecho en base su radiografía rápida de la evolución y estado de propio sector
bancario, el entorno económico, regulatorio y supervisor.
En su breve comunicación al
finalizar 2016, el BCE establece que sus trabajos durante el año le han
llevado a identificar que los actuales factores de riegos significativos para las entidades supervisadas son : “El
entorno de tipos de interés extremadamente bajos o negativos; Los elevados
niveles de préstamos con incumplimientos de pago (NPL); La atonía del
crecimiento económico en los países de la zona del euro; Las incertidumbres
geopolíticas de la UE; La reacción de las entidades de crédito y de los
mercados a la nueva regulación; La posibilidad de una reversión de las primas
de riesgo en los mercados financieros; La situación de las economías emergentes;
Los desequilibrios presupuestarios en la UE; Los casos de conducta impropia de
las entidades de crédito; La evolución de los mercados de crédito inmobiliario;
La ciberdelincuencia y los problemas de los sistemas informáticos; Y la
competencia de compañías tecnológicas no bancarias”.
Una larga lista de incertidumbres reales, con
las que el sector bancario convive día a día en los últimos años y que seguirán
lamentablemente ahí (a la vista de todos y a la acción de pocos) en el 2017, y que se resumen en el riesgo que
las entidades europeas tienen en sus modelos de negocio y de rentabilidad, que
por otra parte ya se viene evidenciando en 2015 y 2016 en los rescates necesarios de entidades, los reducidos resultados generalizados,
las bajas cotizaciones bursátiles y los amplísimos ajustes de plantilla sufridos.
Desde la perspectiva de la
supervisión del BCE, su acción la quiere centrar en permitir a las entidades
afrontar esos riegos clave de una manera más efectiva, poniendo el foco de sus
análisis supervisores en tres áreas : Modelos de negocio y determinantes de la
rentabilidad; Riesgos de crédito en especial carteras de préstamos impagados;
Gestión de todos los riegos.
A la vista de la continuación de
los niveles extremadamente bajos o negativos de los tipos de interés, los
Equipos Conjuntos de Supervisión ampliarán su revisión temática de los modelos
de negocio y de determinantes de la rentabilidad de las entidades de crédito. Otro punto en el que se centrará la atención
supervisora serán las posibles repercusiones del referéndum del Reino Unido
sobre la permanencia en la UE en las entidades supervisadas y sus modelos de
negocio. Por otra parte, la supervisión bancaria europea estudiará los posibles
riesgos para los modelos de negocio de las entidades de crédito derivados de la
aparición de la tecnología financiera «FinTech» y de la competencia no bancaria
ligada a esta.
El riesgo de crédito es una de
las prioridades supervisoras en 2017, ya que
diversas entidades siguen teniendo un elevado volumen de carteras de
préstamos impagados. Tras la publicación de la Guía del BCE sobre la adecuada
gestión de estas carteras , los Equipos Conjuntos de Supervisión continuarán
avanzando en sus actividades de seguimiento y diálogo supervisor relacionadas
con los criterios de gestión aplicados por las entidades a los préstamos
impagados y su evaluación. Adicionalmente se intensificará la revisión
temática del posible impacto de la nueva
normativa IFRS 9, así como de las concentraciones
excesivas de riesgo de crédito, como en los préstamos al sector naval.
En el área de gestión de riesgos,
se prestará especial atención a las siguientes iniciativas: Revisión del cumplimiento
de los principios del Comité de Basilea (BCBC 239) para una eficaz agregación
de datos sobre riesgos y presentación de informes de riesgos, concluyéndose la
revisión temática actual y haciéndose un seguimiento de las entidades según
corresponda; Revisión específica de
modelos internos (TRIM) para evaluar y confirmar la adecuación de estos modelos del Pilar 1 aprobados y mejorar, en consecuencia, la credibilidad de
la gestión de los riesgos de las entidades; Revisión de los procesos ICAAP y el
ILAAP de las entidades verificando sean adecuados para evaluar y mantener la
adecuación de su capital y su liquidez.