jueves, 12 de enero de 2017

Las prioridades de supervisión bancaria del BCE en 2017, marcan el estado del sector

El Banco Central Europeo ha marcado las pautas de su actividad supervisora en el inicio del nuevo año,  y lo ha  hecho en base su radiografía rápida  de la evolución y estado de propio sector bancario, el entorno económico, regulatorio y supervisor.

En su breve comunicación al finalizar  2016, el BCE establece que sus trabajos durante el año le han llevado a identificar que los actuales factores de riegos significativos  para las entidades supervisadas son : “El entorno de tipos de interés extremadamente bajos o negativos; Los elevados niveles de préstamos con incumplimientos de pago (NPL); La atonía del crecimiento económico en los países de la zona del euro; Las incertidumbres geopolíticas de la UE; La reacción de las entidades de crédito y de los mercados a la nueva regulación; La posibilidad de una reversión de las primas de riesgo en los mercados financieros; La situación de las economías emergentes; Los desequilibrios presupuestarios en la UE; Los casos de conducta impropia de las entidades de crédito; La evolución de los mercados de crédito inmobiliario; La ciberdelincuencia y los problemas de los sistemas informáticos; Y la competencia de compañías tecnológicas no bancarias”.

Una larga lista de incertidumbres reales, con las que el sector bancario convive día a día en los últimos años y que seguirán lamentablemente ahí (a la vista de todos y a la acción de pocos)  en el 2017, y que se resumen en el riesgo que las entidades europeas tienen en sus modelos de negocio y de rentabilidad, que por otra parte ya se viene evidenciando en 2015 y 2016 en los rescates necesarios de entidades, los reducidos resultados generalizados, las bajas cotizaciones bursátiles y los amplísimos ajustes de plantilla sufridos.

Desde la perspectiva de la supervisión del BCE, su acción la quiere centrar en permitir a las entidades afrontar esos riegos clave de una manera más efectiva, poniendo el foco de sus análisis supervisores en tres áreas : Modelos de negocio y determinantes de la rentabilidad; Riesgos de crédito en especial carteras de préstamos impagados; Gestión de todos los riegos.

A la vista de la continuación de los niveles extremadamente bajos o negativos de los tipos de interés, los Equipos Conjuntos de Supervisión ampliarán su revisión temática de los modelos de negocio y de determinantes de la rentabilidad de las entidades de crédito.   Otro punto en el que se centrará la atención supervisora serán las posibles repercusiones del referéndum del Reino Unido sobre la permanencia en la UE en las entidades supervisadas y sus modelos de negocio. Por otra parte, la supervisión bancaria europea estudiará los posibles riesgos para los modelos de negocio de las entidades de crédito derivados de la aparición de la tecnología financiera «FinTech» y de la competencia no bancaria ligada a esta.

El riesgo de crédito es una de las prioridades supervisoras en 2017, ya que  diversas entidades siguen teniendo un elevado volumen de carteras de préstamos impagados. Tras la publicación de la Guía del BCE sobre la adecuada gestión de estas carteras , los Equipos Conjuntos de Supervisión continuarán avanzando en sus actividades de seguimiento y diálogo supervisor relacionadas con los criterios de gestión aplicados por las entidades a los préstamos impagados y su evaluación.  Adicionalmente se intensificará la revisión temática del  posible impacto de la nueva normativa IFRS 9, así como de las  concentraciones excesivas de riesgo de crédito, como en los préstamos al sector naval.

En el área de gestión de riesgos, se prestará especial atención a las siguientes iniciativas: Revisión del cumplimiento de los principios del Comité de Basilea (BCBC 239) para una eficaz agregación de datos sobre riesgos y presentación de informes de riesgos, concluyéndose la revisión temática actual y haciéndose un seguimiento de las entidades según corresponda;  Revisión específica de modelos internos (TRIM) para evaluar y confirmar la adecuación de estos modelos del Pilar 1 aprobados y mejorar, en consecuencia, la credibilidad de la gestión de los riesgos de las entidades; Revisión de los procesos ICAAP y el ILAAP de las entidades verificando sean adecuados para evaluar y mantener la adecuación de su capital y su liquidez.