En esta ocasión, no se trata de hacer
referencia a que los semáforos de acceso a los mercados financieros se hayan
establecido en verde por razones sorpresivas, o que la evolución en los mercados en 2017 hayan hecho cambiar a
verde cualquier control riesgo que estos tuvieran. Si alguno espera un artículo
de este tipo, le deseo unos buenos días y
hasta la semana que viene.
Se trata de la parte de las responsabilidades de la sostenibilidad
medioambiental que también residen en los mercados financieros de la unión
europea y como lo entendió la Comisión Europea cuando dentro de su plan de
actuaciones para la Unión del Mercado de Capitales estableció en 2016 un grupo
de trabajo de alto nivel, formado por miembros del sector bancario, seguros,
gestión de activos, mercados de valores, sociedad civil, instituciones y otras
perspectivas, para diseñar una
estrategia general para la necesaria involucración del sector financiero entre
las columnas de apoyo del desarrollo de la economía de la sostenibilidad
medioambiental de Europa. Así se acuñó el concepto de la financiación
sostenible.
Tras la firma del tratado de París
en Diciembre de 2015, la economía global puso un punto adicional entre los
objetivos de su rumbo, para dotar a la sociedad a una calidad y forma de vida
donde las energías renovables y las nuevas tecnologías jueguen un papel
protagonista y el sostenimiento medioambiental del planeta sea un de los fondos argumentales.
Desde Europa el compromiso a
participar en el liderazgo global de este empuje ya ha llevado a la adopción de
políticas para facilitar nuestra propia transformación, a la vez que los
estudios de impacto de estas políticas han demostrado que su puesta en práctica
necesitan de una capacidad de financiación anual enorme y que estas capacidades
están mucho más allá de las solas posibilidades del sector público europeo.
Para cubrir estas necesidades de
financiación, la Comisión Europea decidió estudiar los cambios regulatorios necesarios
para movilizar capacidades financieras privadas. Pero tales cambios en los mercados de capitales privados necesitan de
una estrategia amplia y coordinada en toda la cadena de valor de la inversión.
Ahora este grupo de trabajo sobre
la financiación sostenible ha presentado su informe final, que no es el final, sino el principio del
trabajo de las instituciones legisladoras europeas siguiendo el plan de
actuación, seguidas de propuestas legislativas, que la Comisión ya ha anunciado
se presentará en la primavera de este año 2018 siguiendo estas estrategias.
Como acciones prioritarias, el
informe recomienda:
- En primer lugar realizar una definición de la taxonomía de los proyectos y actividades económicas que caen dentro la sostenibilidad medioambiental para delimitar las áreas donde la financiación es más necesaria.
- Clarificar las responsabilidades y tareas de los inversores para ajustar los plazos de inversión a las necesidades de estos proyectos de sostenibilidad en sus decisiones.
- Mejorar la publicación de información por parte de todos los involucrados para hacer más transparentes las oportunidades de los proyectos de sostenibilidad y sus riesgos asociados.
- Actuar para que los canales de inversión en estos proyectos alcancen a todos los ciudadanos.
- Desarrollar estándares oficiales europeos para activos financieros de inversión específicos para la economía sostenible (como bonos de deuda “verde”).
- Establecer las capacidades a nivel europeo para el desarrollo en los estados miembros de infraestructuras necesarias para la economía sostenible.
- Integrar los principios de la economía sostenible en el gobierno de las instituciones financieras y en los mecanismos de supervisión financiera.
El informe realiza recomendaciones
dirigidas para sectores específicos del sistema financiero:
- Fomento de la economía sostenible y del préstamo sostenible en las entidades bancarias
- Mayor participación de las entidades aseguradoras en inversiones de largo plazo, en capital y en proyectos de infraestructuras.
- Asegurar que los gestores de fondos y asesores de inversiones entienden y recogen las preferencias sobre inversión en economías sostenibles de sus clientes
- Promover que las agencias de análisis y las agencias de clasificación de inversiones consideren plazos mucho más largos en las valoraciones de estas así como su importancia en sostenibilidad medioambiental y social.
Y también realiza otras recomendaciones de forma transversal:
- Enfrentar el carácter corto-placista de los principales mercados para reducir su impacto negativo en las necesidades a largo plazo de la inversión sostenible
- Potenciar la capacidad de los ciudadanos para identificar y elegir con prioridad las inversiones sostenibles
- Desarrollar un observatorio de la financiación sostenible en los mercados vigilando los planes de inversión de la unión.
- Asegurar que las normas contables y de exigencias de capital no penalizan innecesariamente (o incluso favorecen) este tipo de inversiones
- Establecer de forma cultural el principio de “sostenibilidad” en el desarrollo de todas las políticas de la Unión Europea.
La recomendación final del
informe apunta a facilitar principios a la Comisión Europea para el diseño del
plan de actuación de las políticas en financiación de economías sostenibles:
- No aumentar la carga de trabajo regulatoria para las entidades, para no mermar recursos que deben ir a la inversión pretendida.
- Valorar el éxito del plan no por la adopción de sus medidas particulares, sino por el incremento que experimenten estas inversiones de forma permanente en las características de los mercados europeos.